Amo el movimiento acompasado
el tiempo que se detiene en mi cuerpo
la libertad de la carne como notas musicales
porque entre tanta incertidumbre del qué ser
bailar siempre fue una certeza.

En el año 2009, encontré un libro en el «tiradero» llamado La casa de Verano de Alfredo Gómez Cerdá, mi libro favorito. La historia habla de dos escritores adolescentes que juraron visitar la casa de verano de Johannes Brahms para contagiarse, aunque sea un poco, de la inspiración que lo llevó a componer la pieza Danzas Húngaras. Obviamente no es de lo único que trata este hermoso libro, pero me llena de nostalgia y emoción pensar que durante toda mi adolescencia y juventud escuché la canción que años después, bailaría en una gala de danza.

1 de julio del 2025, Centro Cultural Constitución.

Agradecimientos especiales para mi bella madre que me peinó con mucho amor y esfuerzo, haciéndome recordar la época escolar. A la maravillosa Elken, compañera de baile, que me pintó bellísimo. A la maestra Brenda Loredo, por su paciencia y su cariño. A mis compañeras por ser un gran equipo. A mi familia que estuvo en primera fila viendo a su cría de treinta años y a mi hermoso esposo que me acompañó a cada clase, me apoyó y motivó para que este sueño se hiciera realidad, Te amo.

Querida niña Leyda, estamos bailando ballet ❤️