“Ahora entiendo porque no querías que tuviéramos perros, papá”, le dije a mi papá con mucha, mucha tristeza y con el corazón roto. “Como duele cuando pierdes algo que amas”.
Fragmento de mi cuento «El lugar de los pies descalzos».
Carta a mi pequeña Layla:
Llegaste a mi vida en un momento de mucha soledad y mucha tristeza. Desde el primer momento sentí que nos necesitábamos la una a la otra. Me aferré a ti y tú a mi. Fuiste una bocanada de aire y de alegría. No tengo palabras para agradecerte tanto, tanto amor y tanta compañía. Me duele tu partida, pero siempre, siempre, siempre agradeceré tu vida, nuestra coincidencia y nuestros momentos juntas.







Deja un comentario