2 de Noviembre. Día de Muertos.

Los esperamos, los recordamos y honramos sus vidas. Jamás se fueron, viven eternamente en nuestros corazones.


Siempre había imaginado a la muerte vestida negro de los pies a la cabeza, sin carne en los huesos y desprendiendo un frío que lo quemaba todo con cada paso que daba; no obstante, esa noche, tomó la forma de un cuerpo que mostraba absoluta comprensión. La reconocí al instante. Nuestras miradas se encontraron y me sonrió como si fuéramos viejas amigas. Luego se acercó y sin tocarme me dijo: «Hoy no es día para llevar zapatos, qué no sabes que el cempasúchil se hizo para que camináramos sobre él». Entonces, sin pensarlo, dejé que mis pies se pararan desnudos sobre el camino de pétalos anaranjados y, por un instante, la vida subió por estos y me regaló un último suspiro.

Fragmento de mi cuento «Acacia».

Próximamente en el libro Fosa de las Marianas

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