27 de Octubre. Llegan las almas de nuestras mascotas.

Sultana me mira; me mira con sus hermosos y profundos ojos negros. Ella me mira con tanto amor y compasión que me hace sentir que todavía existo, que soy algo real. Todas las noches, sin importar la mugre, me lame la cara con su lengua áspera, me limpia como si fuera uno de sus cachorros, me abriga el cuerpo y no cierra los ojos hasta que duermo. Estoy seguro de que de tener leche en sus chichis prietitas, las arrimaría a mi boca para alimentarme de ella, pero parece que es una perra anciana, lo sé, porque tiene sus cejas plateadas y esa expresión cansada.

Fragmento de mi cuento Perra de mi alma®

Querido amigo, te hice un caminito de flores para que nos encuentres. Ahora soy yo la que espera que regreses a casa.

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